jueves, 2 de abril de 2009

Cifras y estadísticas

En los últimos años se ha podido sacar información acerca de la situación de investigación científica en México; de cualquier ángulo por donde se vea, los resultados son conclusivos: hay muy poco de desarrollo científico en el país. Uno de los datos que más ayudó a esta conclusión fue el siguiente: Mientras que en México hay una persona por cada 10 000 que se dedica al campo de la ciencia en cualquier modo, en Alemania hay 20, en Japón 36, Israel 40 y Estados Unidos 42.
Se puede suponer entonces que en el campo de la ciencia (principalmente), es algo de vital importancia tener en cuenta la fuga de cerebros. Se podría pensar que ya ha habido un trabajo exhaustivo de investigación, por parte de los responsabes, que implique el conocimiento de aquellos elementos que hacen falta para un óptimo desarrollo científico. O que, por otro lado, es de esperarse que la Academia de la Investigación Científica tendría la iniciativa de enfocar a las más altas autoridades a este problema nacional, gravísimo por cierto. En realidad nada de esto ha pasado.
En consecuencia, salieron los siguientes resultados, publicados recientemente: El director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología afirma que cerca de mil becados de posgrado en el extranjero no regresaron, lo cual representa un 5% de la fuga de cerebros nacional. ¿La causa principal? la falta de plazas académicas de universidades en el país de acuerdo con los científicos. Sin embargo este argumento se contrarresta al decir que la Secretaría de Educación Pública se encarga de 2950 puestos vacanes. Por lo tanto, algo está pasando pues estos puestos no son ocupados en su totalidad.
Como parte de la búsqueda de una solución para este problema, el gobierno federal destinó este año 32 mil 400 millones de pesos a este sector (lo que representa 55 por ciento del total nacional, mientras el restante 45 por ciento proviene del sector privado). Por otro lado, el gobierno de Felipe Calderón procurará mantener estímulos fiscales a las empresas privadas (que este año ascenderan a 4 mil 500 millones de pesos) para que impulsen a innovación tecnológica.
Es importante que estas medidas se tomen en serio, ya que el problema amenaza con agravarse de forma inminente (sin tomar en cuenta que es una situación existente ya desde hace varios años atrás). Las consecuencias a la negligencia del asunto serían desastrosas ya que no sólo comprometen nuestro presente nacional e internacionalmente, sino que en tiempos como estos, no hay espacio ya para países que no tengan un avanzado desarrollo tecnológico, lo cual, de cierto modo, los hace muy fuertes.

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